En 1.792 ordena Carlos IV que quéden libres de contribución los vecinos, dependientes y obreros de la villa y mina de Almadén.
Ya en esta época se trabajaba en los cuatro primeros pisos de la actual mina y se habian dotado de malacates ( máquina a manera de cabrestante invertido, que lleva el cilindro o tambor en lo alto y debajo las palancas donde se enganchan las caballerías con que se mueve) los pozos de San Teodoro y San Aquilino, además de los que existían antes.
Construida en 1.797 la máquina de Watt, que se llevó al pozo de San Teodoro, fué instalada en 1.800, aumentándose la producción por esta facilidad de extracción desde ese año.
En 1.806 se construyen los pozos de Idria, en el cerco de Buitrones, por Diego Larrañaga, pero por motivos de la gran crisis política por la que atravesaba España, los trabajos fueron disminuyendo hasta casi paralizarse en 1.809.
La invasión francesa en 1.810, dificultó grandemente la explotación, no obstante hacer en su favor los invasores todo lo posible para que se desarrollara y produjese rentas que le eran muy necesarias para sostenerse.
En este año se posesionó del pueblo el general Víctor, con un ejército de 36.000 hombres, haciendose fuertes en el castillo de Retamar y en la villa, desde donde partían para sus correrías por la sierra, hasta 1.812 en que partieron definitivamente.
Ya en esta época se trabajaba en los cuatro primeros pisos de la actual mina y se habian dotado de malacates ( máquina a manera de cabrestante invertido, que lleva el cilindro o tambor en lo alto y debajo las palancas donde se enganchan las caballerías con que se mueve) los pozos de San Teodoro y San Aquilino, además de los que existían antes.
Construida en 1.797 la máquina de Watt, que se llevó al pozo de San Teodoro, fué instalada en 1.800, aumentándose la producción por esta facilidad de extracción desde ese año.
En 1.806 se construyen los pozos de Idria, en el cerco de Buitrones, por Diego Larrañaga, pero por motivos de la gran crisis política por la que atravesaba España, los trabajos fueron disminuyendo hasta casi paralizarse en 1.809.
La invasión francesa en 1.810, dificultó grandemente la explotación, no obstante hacer en su favor los invasores todo lo posible para que se desarrollara y produjese rentas que le eran muy necesarias para sostenerse.
En este año se posesionó del pueblo el general Víctor, con un ejército de 36.000 hombres, haciendose fuertes en el castillo de Retamar y en la villa, desde donde partían para sus correrías por la sierra, hasta 1.812 en que partieron definitivamente.
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