El primer correcional para presos que venian a purgar sus culpas en los trabajos de la minas de Almadén, estuvo construido en la parte mediodía del Llano de las Cuevas, con vistas en altos al Cerco de San Teodoro.
Hoy se pueden ver estas ruinas, que son de propiedad privada, desde el citado cerco y están ubicadas detrás del pozo de San Aquilino (Grúa).
El Llano de las Cuevas era lo que hoy es la Plaza de Donantes de Sangre (antes de Ruiz de Alda) y la parte norte de la Iglesia Nueva (hoy de S. Sebastián).
Estos calabozos estában horadados en la tierra y roca de esta elevación con remates de ladrillos y piedras. Las puertas eran de verjas de hierro.
Al parecer, este centro penitenciario, comenzó a tener vida en la época de los Reyes Católicos (siglo XV). Anteriormente tuvo uso en menor escala por los Calatravos.
Estas mazmorras duraron hasta que se construyó la Cárcel Antigua de Forzados, en tiempos de Carlos I (siglo XVI), en los terrenos de lo que después fué el Cuartel de los Carabineros y posteriormente la Casa de los Guardas de la mina.
En el Libro Mayor de la Contaduría de las Minas de Almadén, en el periodo que va de los años 1.609 al 1.637 (Felipe III y Felipe IV), en el asiento contable se lee: "Por el mantenimiento de las casas de las Cuevas -que solía ser cárcel de forzados y esclavos de esta fábrica-, se gastaron 1.684.954 maravedís".
Quiere decir esto, que a pesar de estar construida otra cárcel y que ya tenía vida, estos calabozos quizás albergaran cierta clase de presos.
La ubicación de estos lugares de prisión es anecdótico, toda vez que estaban situados en un lugar estratégico para su vigilancia y al lado de las moradas de las autoridades de las minas y del pueblo.
La puerta de entrada estaba en la parte norte, junto a la iglesia Parroquial (hoy de S. Sebastián), Casa del Contador (antigua factoría de los Fugger) y en el lugar llamado aledaños del Llano de las Cuevas, junto a la Superintendencia -Casa Grande antigua- y antiguo Ayuntamiento de Almadén (del que solo queda el solar).
(Reproducción de la portada y tramos de fachada principal)
Hoy se pueden ver estas ruinas, que son de propiedad privada, desde el citado cerco y están ubicadas detrás del pozo de San Aquilino (Grúa).
El Llano de las Cuevas era lo que hoy es la Plaza de Donantes de Sangre (antes de Ruiz de Alda) y la parte norte de la Iglesia Nueva (hoy de S. Sebastián).
Estos calabozos estában horadados en la tierra y roca de esta elevación con remates de ladrillos y piedras. Las puertas eran de verjas de hierro.
Al parecer, este centro penitenciario, comenzó a tener vida en la época de los Reyes Católicos (siglo XV). Anteriormente tuvo uso en menor escala por los Calatravos.
Estas mazmorras duraron hasta que se construyó la Cárcel Antigua de Forzados, en tiempos de Carlos I (siglo XVI), en los terrenos de lo que después fué el Cuartel de los Carabineros y posteriormente la Casa de los Guardas de la mina.
En el Libro Mayor de la Contaduría de las Minas de Almadén, en el periodo que va de los años 1.609 al 1.637 (Felipe III y Felipe IV), en el asiento contable se lee: "Por el mantenimiento de las casas de las Cuevas -que solía ser cárcel de forzados y esclavos de esta fábrica-, se gastaron 1.684.954 maravedís".
Quiere decir esto, que a pesar de estar construida otra cárcel y que ya tenía vida, estos calabozos quizás albergaran cierta clase de presos.
La ubicación de estos lugares de prisión es anecdótico, toda vez que estaban situados en un lugar estratégico para su vigilancia y al lado de las moradas de las autoridades de las minas y del pueblo.
La puerta de entrada estaba en la parte norte, junto a la iglesia Parroquial (hoy de S. Sebastián), Casa del Contador (antigua factoría de los Fugger) y en el lugar llamado aledaños del Llano de las Cuevas, junto a la Superintendencia -Casa Grande antigua- y antiguo Ayuntamiento de Almadén (del que solo queda el solar).
(Reproducción de la portada y tramos de fachada principal)
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