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miércoles, 27 de febrero de 2013

VIDENTES MEXICO

 "Los videntes de la antigüedad fueron hom­bres que existieron en México quizá miles de años antes de la conquista española, hombres cuya obra fue construir la estruc­tura de la brujería, enfatizando lo práctico y lo concreto. Lo concreto es  la parte práctica de la brujería. La insistencia obsesiva en prácticas y técnicas;  la injustificada influencia so­bre la gente. Todo lo cual era el quehacer de los videntes del pasado. Lo abstracto es la búsqueda de la libertad; libertad para percibir, sin obsesiones, todo aquello que es humanamente posible. Los videntes de ahora están en busca de lo abstracto, porque buscan la libertad y no tienen ningún interés en ganancias concretas; ni tampoco en funciones sociales, como los videntes del pasado. De modo que nunca los encontrarás actuando como videntes oficiales, o como brujos con titulo. El mayor logro de los videntes de antaño fue percibir la esencia energética de las cosas. Fue un logro de tal magnitud que lo convirtieron en la premisa básica de la brujería. Hoy en día, con mucha disciplina y entrena­miento, los videntes adquieren la capacidad de percibir la natu­raleza intrínseca de las cosas; una capacidad a la que llaman ver. Percibir la esencia energética de las cosas significa percibir energía directamente. Separando la parte social de la percepción, percibirías la natu­raleza intrínseca de todo. Lo que percibimos es energía, pero como no podemos percibir energía directamente, procesamos nuestra percepción para ajustarla a un molde. Este molde es la parte social de la percepción, y lo que se tiene que separar. Y hay que separarlo porque reduce el alcance de lo que se puede percibir y por­que nos hace creer que el molde al cual ajustamos nuestra percepción es todo lo que existe. Estoy convencido de que el hombre, para sobrevivir en esta época, tiene que cambiar la base social de su percepción. Y la base social de la percepción es la certeza física de que el mundo está compuesto de objetos concretos. Llamo a esto la base social de la percepción, porque todos nosotros estamos involucrados en un serio y feroz es­fuerzo a percibir el mundo en términos de objetos, cuando el mundo debe percibirse en términos de energía. El universo entero es energía. La base social de la percepción debería ser entonces la certeza física de que todo lo que hay es energía. Deberíamos empeñarnos en un poderoso esfuerzo social a fin de guiarnos para percibir energía como energía. Tendríamos de este modo ambas alternativas al alcance de nuestras manos. Y lo más fantástico es que es posible entrenar a gente para esa tarea.  Y que esto era pre­cisamente lo que hacen los videntes. La brujería consiste en aprender una nueva forma de percibir; primeramente, forzándonos a darnos cuenta de que procesamos nuestra percepción hasta hacerla encajar en un molde y, luego, percibir energía directamente. El método es muy parecido al que se usa normal­mente para enseñarnos a percibir el mundo cotidiano;  al procesar nuestra percepción, para hacerla encajar en un molde social, ésta pierde su poder cuando nos damos cuenta de que hemos aceptado ese molde como herencia de nuestros antecesores, sin tomarnos la molestia de examinarlo. Percibir un mundo de objetos sólidos, que tuvieran ya sea un valor positivo o negativo, debe de haber sido absolutamente indispensable para la sobrevivencia de nuestros antepasados. Después de milenios de percibir de esta ma­nera, sus herederos, nosotros, estamos hoy día forzados a creer que el mundo está compuesto de objetos. Lo que quiero decir es que el mundo en realidad es un mundo de objetos, no discutimos eso, lo que estoy discutiendo es que, primero, este es un mun­do de energía, y después, un mundo de objetos. Si no empezamos con la premisa de que es un mundo de energía, nunca seremos capaces de percibir energía directamente. Siempre nos detendrá la certeza física de la solidez de los objetos. Nuestra manera de percibir es la manera en que un pre­dador percibe. Una manera muy eficiente de evaluar y clasificar la comida y el peligro. Pero esa no es la única manera que somos capaces de percibir. Hay otro modo; el que estamos hablando: el acto de percibir la energía misma, directamente. Percibir la esencia de todo nos hace comprender, clasificar y describir al mundo, en términos completamente nuevos; en términos mucho más incitantes y sofisticados. Los nuevos videntes vieron que el mundo social cotidiano, diario, consume toda la energía de la conciencia del hombre, no quedando libre ni un ápice de esa energía. Ese es nuestro problema. De modo que los nuevos videntes propu­sieron que si los seres quieren penetrar en lo desco­nocido tienen que conservar su energía. Pero, ¿de dónde van a conseguir energía, si toda ella ya está usada? La conseguirán, dicen los nuevos videntes, destruyendo hábitos mentales innecesarios. Destruir hábitos desprende a la con­ciencia de la absorción en sí misma y le permite libertad  para enfocarse en otras cosas. Lo desconocido esta eternamente presente, pero queda fuera de nuestro alcance normal. Lo desconocido es la parte superflua del hombre común. Y es superflua porque el hombre común no tiene suficien­te energía libre para comprenderlo.El logro de los videntes de la antigüedad es inigualable. Por lo menos, nos probaron que los potenciales del hombre no son cualquier cosa".

Don Juan (del libro El Fuego Interno).

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