Estos son sólo algunos consejos a tener en cuenta:
- Pida ayuda sin esperar a que la gente se la ofrezca. Quizá los demás no saben cuando la necesita.
- Infórmese y utilice los recursos socio sanitarios y de su comunidad. Seguro que hay alguno a su alcance.
- Planifique las actividades y el futuro y organice su tiempo con el fin debuscar un momento del día para uno mismo. Un baño relajante, leer un libro o simplemente descansar es básico para poder seguir cuidando.
- No recurra a la automedicación. Su médico entenderá y le aconsejará los recursos adecuados para sus síntomas.
- No abandone la relación con sus amistades. Procure salir y tener expectativas a corto plazo.
- No juzgue sus propios sentimientos; no son buenos ni malos, simplemente mírelos como energía que se forma y se dispersa.
- Permítase expresar sus pensamientos y emociones para el cultivo de su buena salud mental. La rabia, la frustración y la tristeza son normales, si hay síntomas que persisten vigile si puede estar desarrollando una depresión.
- Ponga límites a sus actividades. Usted no es infalible.
- Acuda a las asociaciones de familiares y/o los grupos de ayuda mutua. Confíe en que desempeñan un papel muy importante en la información y consejo a los pacientes y sus cuidadores, ofreciendo un apoyo psicológico y emocional impagable al compartir experiencias y hacer saber a la persona que no está sola en sus dificultades.
- Esté preparado para aceptar que puede llegar el momento de cambiar la situación: cuando ya no sea posible tener al enfermo en casa o cuando tenga que plantearse con realismo la necesidad de ayuda extra. Nunca lo tome como un fracaso, sino como parte de la evolución de la enfermedad y de la vida.
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