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El almendro, pequeño árbol caducifolio (prunus dulcis), procede de Asia y Norte de África. De estos árboles se afirma que son el anuncio del buen tiempo y el final de los fríos invernales. Sus flores aparecen muy pronto, mucho antes que las hojas, sus frutos son oblongos, cubiertos por una piel verdosa oscura de cierto grosor que da a la cáscara, dura y de marrón claro que cubre el fruto: la almendra.
Su origen son las regiones montañosas de Asia Central y su antigüedad no está datada. Su expansión se realizó rápidamente, pues su semilla muy apreciada era usada también como moneda de trueque. A España llego hace más de 2000 años, traída por los fenicios.
Existe una bella leyenda recogida por el escritor francés Henri Pérès en su libro Esplendor de al-Andalus, que nos cuenta que el califa al-Rumaykiyya ante la tristeza de su amada esposa cristiana, por la nostalgia de sus valles nevados del norte, hizo plantar miles y miles de almendros para que en Sevilla floreciesen con sus blancas flores para consolar a su amada y así aparecer Sevilla como nevada.
Las almendras puede ser amargas o dulces: las amargas contienen ácido cianhídrico, por lo que no se usan para la alimentación, ya que pueden provocar náuseas, trastornos respiratorios, hipotermia y asfixia. Veinte almendras amargas pueden ser mortales. La variedad comestible es la almendra dulce.
La almendra es fundamental en la dieta mediterránea: posee un elevado contenido en ácidos grasos monoinsaturados que ayudan a disminuir el colesterol, es muy energética y contiene fósforo, potasio, magnesio, hierro, azufre, cloro, aluminio, manganeso, cobre, cinc, vitaminas A, E, B 1, B 2 y PP, siendo además una de las fuentes vegetales más ricas en calcio, tan esencial para el crecimiento.
La almendra es un alimento muy energético ideal para el frío. Favorece la subida de la leche materna, mejora problemas del sistema nervioso y es desinfectante a nivel intestinal.
La leche de almendras está recomendada en personas con problemas hepáticos, personas desnutridas, eccema infantil, en diarreas por intolerancias digestivas y favorece el desarrollo de los niños.
El aceite de almendra se emplea externamente para evitar arrugas prematuras y aliviar las escoceduras.
Gastronómicamente, la almendra es la base de gran cantidad de recetas, especialmente de dulces, aunque se usa también para enriquecer muchos otros platos. En este caso, recomendamos el dulce de almendras con frutas, el civet de proc senglar, las patatas en salsa de almendras y el pollo a la almendra |
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