El tramo arriero tiene un sector común con el Tramo Carretero Oriental, desde la localidad pacense de Azuaga hasta llegar a la bifurcación de caminos (carretero y arriero) que queda al Norte de Alanís. Ambos caminos transcurren por la provincia de Sevilla hasta su llegada a la capital Andaluza, atravesando las comarcas de la Sierra Norte de Sevilla y la Vega del Guadalquivir hasta su destino final, en Sevilla. Así, el tramo arriero atraviesa los términos municipales de Malcocinado (en tiempos perteneciente a la también sevillana Villa de Guadalcanal), Alanís, Cazalla de la Sierra, El Pedroso, Cantillana, Brenes, San José de la Rinconada y, finalmente, Sevilla.
Los Bienes de Interés Cultural y otros elementos del patrimonio histórico-natural en esta rama del Camino son muy diversos, aunque la mayor parte comparten el mismo escenario: el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. Se pueden observar estructuras defensivas como los castillos de Alanís y los restos de muralla árabe en Cazalla de la Sierra, donde también destaca el impresionante monasterio de La Cartuja de Cazalla. Es destacable la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Nieves en Alanís o la Iglesia de la Nuestra Señora de la Encarnación en Cazalla de la Sierra, así como los armoniosos conjuntos históricos de las diferentes localidades que deja el Camino a su paso.
La riqueza gastronómica de esta parte del Camino es singular. Sin duda, en la zona de serranía, el plato estrella es el cerdo ibérico con una rica variedad de chacinas, que pueden ser bien acompañadas por las excelentes tostadas de tomate y aceite prensado en Alanís. También, por su localización e importancia de la actividad cinegética, en las localidades de Cazalla de la Sierra y El Pedroso, son famosas las carnes de caza, tanto mayor como menor, siendo típico el venado, jabalí, conejo, perdiz, que se utilizan frecuentemente en la preparación de sabrosos asados y calderetas. Otros platos tradicionales de la serranía son las migas, el gazpacho o productos de la tierra, como los espárragos trigueros, las setas, las trufas o los berros. Cazalla fue un gran productor de vinos y principal exportador al Nuevo Mundo, si bien desde el siglo XX la fama de la localidad reside en la tradicional destilación del anís seco, que actualmente se comparte con la maceración en aguardiente de ciruelas bruños y el celebérrimo licor de guindas. Ya en la Vega del Guadalquivir es posible degustar platos típicos de la huerta tales como el conejo con habas, la menestra de alcauciles, el adobo y pescado de río. En repostería artesana cabe destacar los piñonates y alfajores de oblea de Brenes, fabricados a base de miel, almendras y especias.
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