El tramo del Camino Real del Azogue entre Almadén y la ciudad pacense de Azuaga es común a todos los carreteros y arrieros que emprendían el viaje entre el conjunto minero y la ciudad de Sevilla.
El tramo discurre por las provincias de: Ciudad Real, atravesando parcialmente los Términos Municipales de Almadén, Chillón y Alamillo; Córdoba por los municipios de Belalcázar, Hinojosa del Duque, El Viso, Valsequillo y Fuente Obejuna; y Badajoz, por las localidades de Granja de Torrehermosa y Azuaga. Ya dentro del territorio de esta última se divide en tres alternativas, dos carreteras y una arriera, que se dirigen atravesando la provincia de Sevilla hasta la capital andaluza.
Antes incluso de iniciar el camino resulta muy recomendable la visita al excepcional Parque Minero de Almadén, que incluye además del museo y las instalaciones mineras, la posibilidad de bajar a las minas y realizar una visita guiada por sus magníficos espacios musealizados. También en esta localidad nos podemos acercar al Hospital de Mineros de San Rafael o a la Plaza de Toros que presenta una curiosa planta hexagonal y que en la actualidad tiene uso hotelero.
Además, a lo largo del recorrido se pueden observar algunas obras de infraestructuras relacionadas con el propio camino, como pueden ser los puentes de las Tiesas, Los Charquetones, La Mayorala y Los Lagares en el camino inmediato a las minas. Pero no son los únicos elementos de interés que nos encontramos en la ruta, ya que los distintos municipios por los que se transita aportan una gran variedad de Bienes de Interés Cultural, altamente recomendables. De esta manera nos podemos encontrar castillos como los de Belalcázar y Azuaga, edificios religiosos como el Convento de Santa Clara en el propio Belalcázar, la magnífica Torre de la Iglesia Parroquial de Granja de Torrehermosa o la Ermita de Santa Ana en Hinojosa del Duque. También podemos acercarnos a la localidad de Fuente Obejuna y pasear por las calles donde Lope de Vega imaginó una de sus obra más importantes “Fuenteovejuna”. Pero el recorrido no es solo rico en elementos patrimoniales y artísticos. Discurre por zonas de alto valor ecológico y gran biodiversidad, cruza una importante red hidrográfica, varias zonas ZEPA (Zonas de Especial Protección de Aves), dehesas, explotaciones ganaderas, cinegéticas, agropecuarias…
En las distintas localidades del entorno del Camino podremos disfrutar de una variada gastronomía, con productos autóctonos de gran calidad, basada en la rica tradición de la zona. De esta forma podemos degustar un buen plato de migas o un suculento pisto manchego en Almadén o Chillón, o un delicioso ajoblanco en Belalcázar. De esta misma localidad tienen fama los dulces de las monjas del Convento de Santa Ana, y la sopa dorada que también podremos degustar en Valsequillo, junto con su suculento lechón. El Viso tiene fama por su tradicional hornazo o la estupenda caldereta de cordero. En Fuente Obejuna podemos saborear platos de caza y queso de oveja, y en Azuaga y Granja de Torrehermosa una gran variedad de productos derivados del cerdo ibérico. Pero estos son solo algunos detalles a modo ilustrativo de la gran variedad gastronómica de la zona, y de ninguna manera pueden ser considerados, los diferentes platos a los que hacemos referencia, como los únicos o los más importantes de cada comarca.
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