CEMENTERIO 1º

Con anterioridad a la construcción y utilización del Cementerio de San Miguel Arcángel de que ya hemos hablado, se practicaban las inhumaciones en el primitivo Cementerio que existía en Almadén, hoy enterrado bajo los escombros de los torronteros de la mina, ubicados en la entrada del Carril de Buitrones y a la derecha, frente a la carretera de Córdoba. O sea, teniendo a la espalda la puerta de la ruinosa ermita de San Sebastian -antes de San Miguel-, enfrente y a la derecha, esta enterrado el cementerio, que era el usado para dar sepultura a los forzados que morian durante la reclusion. Dentro del recinto de lo que era la Casa de los Guardas, antiguo Cuartel de los Carabineros, hay una galeria que comunica con la planta 1ª de la mina y por ella iban los forzados al trabajo, al estar alli ubicada la primera carcel -La Crujía- y el primer lazareto de enfermos incurables, razon tambien por la que el cementerio estaba al lado.

En 1.746 y debido al hacinamiento del gran número de forzados alojados en La Crujía, se produjo un brote epidémico, que fué sofocado gracias a la providencia de que durmieran los penados al aire libre, en el patio de la prisión.

Siendo la extensión territorial y el índice poblacional de Almadén de reducidas dimensiones en aquella época, no es factible que hubiera nigún cementerio más y ello lo corrobora el hecho de que se construyera el Cementerio de San Miguel Arcángel, anejo al Hospital de Mineros y muy cercano a la Carcel Nueva (actual Politécnica), el que prestó sus funciones propias casi dos siglos, al haber estado en uso hasta 1.927, fecha en que fué inaugurado el actual Cementerio de San Gregorio, el que desde entonces acogió, tanto las inhumaciones que iban siendo necesarias como los restos exhumados del Cementerio de San Miguel Arcángel, que hasta allí se fueron trasladando